Conocía la acción de T-Mobile, no así las de Heineken e Ikea. Mi duda es, ¿hay un verdadero retorno de la inversión en este tipo de acciones? A los que venimos del Marketing Directo tradicional nos gusta medir y valorar las respuestas y objetivos conseguidos (venta, generación de tráfico, fidelización y referencias positivas) en todas las acciones que llevamos a cabo.
Los ejemplos presentados son interesantes y divertidos. Llaman la atención. Pero no deja de ser paradójico que se utilicen nuevos medios (Internet, redes sociales, virales, etc.) para seguir machacando al consumidor sin darle voz ni voto. Nuevas tecnologías para viejas formas de relacionarse con los clientes actuales o potenciales. En especial la acción de Ikea (un product placement radical y abusivo) es la antítesis del nuevo Marketing (cuyo origen está en el Marketing Directo tradicional) que aboga por un Marketing de Permiso, relevante y no intrusivo. Hay que equilibrar la llamada de atención con la selección de públicos objetivos interesados en nuestra oferta, mediante mensajes relevantes que redunden en beneficio mutuo.
Es posible que a corto plazo se consiga una cierta notoriedad de marca, pero dudo que consigan reforzar su posicionamiento y mucho menos que ayuden a crear relaciones duraderas, estables y rentables con sus clientes
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